Once metros, tres puntos y una escalada hacia el objetivo: Cd Villacañas 2 - Cd Quintanar del Rey 1. Frente Panocha.

 Partido disputado entre semana, en un horario atípico para nosotros en el que nos visitaba uno de los “gallitos” de la categoría, el Quintanar del Rey. Los conquenses, actual segundo clasificado, es uno de los llamados a disputar el play off de ascenso con el claro objetivo de promocionar a la categoría de 2a REF. Un equipazo con una plantilla de una calidad incuestionable.

En anteriores entradas al blog comentábamos de la mala dinámica que había cogido el equipo en la que parecía que nada salía de cara. Partidos sin ver puerta, penaltis fallados, goles encajados. Rachas que, al fin y al cabo, son habituales en cualquier deporte de competición.

Y hablábamos también de percepciones y de certezas. De lo difícil e inalcanzable que pueden parecer los objetivos cuando, ni tan siquiera, nos hemos enfrentado a situaciones que a priori nos parecen insuperables. Sesgos que limitan nuestra capacidad de actuación y que nos condicionan, o empequeñecen, a la hora de afrontar cualquier inconveniente.

No sabemos si por el karma, o simplemente por llevar la contraria, el destino quiso que el partido de ayer se decidiera desde los once metros, con tres penaltis que fueron totalmente definitorios para el resultado final. 

Es curioso porque hace apenas diez días, esta distancia nos parecía muy lejana y, por momentos, inalcanzable e infranqueable. Son once metros que cambian nuestra suerte, nuestra percepción, y que nos permiten tomar una perspectiva muy diferente a la que teníamos días atrás.

Once metros, tres puntos y una escalada para convencernos de que cualquier adversidad es salvable con determinación y trabajo. 

Y sin tiempo para saborearlo del todo, nos desplazamos el Domingo a Azuqueca. Destino que nos trae muy buenos recuerdos contra un rival difícil y muy reforzado. Es otra final, como la de ayer, y como todos los partidos que nos quedan de aquí en adelante. 

Nosotros seguimos creyendo que alcanzaremos el objetivo, con absoluta certeza, y seguiremos empujando para lograrlo; pero quién sabe si esos once metros son los medirán nuestro verdadero destino.

Frente Panocha.

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