Honorables. CD. Villacañas 1 - CD Toledo 4. Frente Panocha.

 


Con un poco más de retraso del habitual, retomamos el blog tras unas semanas en las que hemos mantenido inactivo este rincón que utilizamos para expresar nuestras percepciones e ideas de todos los ámbitos que acontecen al mundo del fútbol, eso sí, desde el punto de vista de un villacañero, apasionado, del equipo de su pueblo.


Con todo ello, hemos querido dejar pasar un par de días para bajar las emociones del partido del sábado y hacer una breve reseña de lo que presenciamos el sábado en el derby contra el Toledo.






Echando la vista atrás, y asimilando el duro y severo correctivo, y aún recuperándonos de la derrota, porque no lo neguemos, perder no gusta, hemos de decir que estamos satisfechos, bastante satisfechos diría yo, de lo que presenciamos durante el partido.





Y vamos a tratar de explicarlo desde el punto de vista más neutral y objetivo que podamos, y eso es bastante complicado, en el que pondremos en valor la forma en la que asimilamos resultados negativos cuando nos enfrentamos a situaciones y desafíos en la vida.


Si uno afronta objetivos ambiciosos para los cuales trabaja y se prepara concienzudamente para alcanzarlos, no tenemos nada que reprochar. 


SI tras pelear y competir te doblegan porque son mejores que tú, no hay nada que reprochar. Uno se levanta, se recompone y trabaja con más intensidad y esfuerzo para volver a intentarlo. 


Porque si eres de los que no abandona ni se amilana o acongoja ante la magnitud del rival, del objetivo o del desafío, no hay nada que reprochar.


Cuando la actitud, la mentalidad y la ambición es la adecuada pero no consigues un resultado satisfactorio te vas jodido a casa, con sensación de impotencia y seguramente cabreado pero si tienes el convencimiento de haberlo dado todo, sin haberte reservado nada, no hay nada que reprochar.


Si no eres de los que se lamenta de si ese error no hubiera ocurrido, si no culpas a factores externos ni a terceros por haber fracasado, no hay nada que reprochar. 


Porque todos sabemos que el camino está lleno de obstáculos e infortunios y sobre todo de fracasos. De rivales que vienen a “robarte” tu objetivo y que van a tratar de conseguir tu botín. Contrincantes que quieren tu puesto, tus logros y tus méritos.


Es por todo eso que cuando ves el enorme respeto que te tiene el rival o la alegría exultante de los aficionados visitantes por conseguir la victoria en nuestra casa, no hay nada que reprochar. Porque si lo pensamos fríamente es algo que debería darse por seguro si nos fijamos únicamente en todos aquellos recursos materiales que separan nuestra población de la capital de la provincia.


Todo esto, como decimos, da muestra de que se está trabajando mucho y bien y que estamos danto pasos en el camino adecuado. Ese respeto es de quien se sabe conocedor de nuestro enorme potencial. De que somos un buen equipo y que nuestro estadio no es una plaza fácil.


Y con todo ello, no hay nada que reprochar a la actitud del equipo el sábado. Hay que quedarse con lo positivo y ajustar las pequeños detalles que muchas veces hacen que se decanten los partidos hacia uno u otro lado. Ese es el camino que te hace mejor cada día. Trabajar, mejorar y pulir los pequeños detalles para seguir creciendo.


Y permitidnos acabar esta publicación con la primera frase que pudimos leer en la crónica que hacía el club acerca del partido: “Primera derrota tan abultada como honorable”.


Honorable por la intensidad, por el juego (sobre todo buena parte del primer tiempo), las ganas, la actitud y, sobre todo, el no amilanarse nunca ante un rival de entidad por muy honorable que sea su nombre.







Frente Panocha.

⚽️🔵🔴




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